SALUD HALAL

"Quien es moderado en el uso del sexo, el estómago y la lengua se previene contra la mayor parte de los males que aquejan al ser humano" Muhammad (s.a.s.)

Ecos de la Ciudad Iluminada


Los maestros de todas la tradiciones dicen que el tesoro espiritual es un descubrimiento solitario, entonces ¿Por qué estamos juntos? -preguntó uno de los discípulos a Nasrudin.
--Vosotros estáis juntos porque un bosque siempre es más fuerte que un árbol solitario -respondió Nasrudin-. El bosque mantiene la humedad del aire, resiste mejor a un huracán, ayuda a que el suelo sea fértil, frena las plagas...
--Pero lo que hace fuerte a un árbol es su raíz. Y la raíz no puede ayudar a otro árbol a crecer -dijo el discípulo.
--Estar juntos y orientados hacia un mismo propósito es dejar que cada uno crezca a su manera. Éste es el camino de los que desean sentirse lo más cerca posible de lo Permanente.





"El sabio Yung Yen dice acerca de sí mismo:

-De joven, era un revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios: 'Señor, Señor, Señor dame fuerzas para cambiar el mundo y mejorar la humanidad'.
A medida que fui haciéndome adulto, caí en la cuenta de que ya había pasado media vida y no había logrado cambiar una sola alma.
Transformé mi oración y comencé a decir: 'Señor, Señor dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo, aunque sólo sea a mi familia y mis amigos, con eso me doy por satisfecho de estar a tu servicio'.
Ahora, que soy un viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo estúpido que he sido. Mi única oración es la siguiente: 'Señor, dame la gracia de mejorar algo de mí mismo'.
Si hubiera orado de este modo desde el principio, no habría malgastado mi vida".









Vigila tus pensamientos
porque se volverán acciones.

Vigila tus acciones
porque se volverán costumbres.

Vigila tus costumbres
porque se volverá tu carácter

Vigila tu carácter
porque es lo que marcara tu destino







Un Maestro decía:
- Desgraciadamente, es más fácil viajar que detenerse.
Los discípulos quisieron saber por qué.
- Porque mientras viajas hacia una meta, puedes aferrarte a un sueño; pero cuando te detienes, tienes que hacer frente a la realidad.
- Pero entonces, ¿cómo vamos a poder cambiar si no tenemos metas ni sueños? - preguntaron perplejos los discípulos.
- Para que un cambio sea real, tiene que darse sin pretenderlo. Haz frente a la realidad y, sin quererlo, se producirá el cambio.